Las bendiciones ocultas de la prisión

Por Abu Said Al Britani (Del video "Message Of A Mujahid")


La prisión es el lugar que emplean los enemigos de Allah (subhana wa ta`ala) para castigar a las personas. La prisión está destinada a privar a las personas de las bendiciones de la vida mundana, despojándolas del disfrute que tanto desean. Para el que ama la vida mundana la prisión será una forma de castigo, ya que le aísla de los anhelos de su corazón.
Pero para un musulmán que cree en la Otra Vida nunca será así. Los musulmanes no tenemos alta estima por la vida mundana. En realidad la vida mundana tiene menos valor que el ala de un mosquito.
La prisión tiene numerosas bendiciones y milagros ocultos que sólo puede experimentar una persona que quiere de verdad a Allah (subhana wa ta`ala).
Las distracciones de la vida mundana
En prisión el corazón es libre porque allí no se encuentran las distracciones de la vida mundana. Las distracciones del zoco, los amigos y otras muchas cosas como Internet, las citas a las que asistir, las responsabilidades etc. En prisión no hay nada de esto.
Cuanto el corazón está libre de todas estas distracciones el alma va a terrenos desconocidos. “La vida de este mundo no es sino el disfrute engañoso de lo que se acaba.” (3:185). En prisión todas estas distracciones están lejos de ti. El corazón es libre para vagar y reflexionar sobre esta vida y la otra. Con todas estas distracciones fuera del camino tienes mucho tiempo libre. Tiempo libre para leer el Corán, tiempo libre para memorizarlo, tiempo libre para rezar la oración nocturna (qiyam al layl), tiempo libre para rezar las oraciones opcionales (nawafil) y tiempo libre para ayunar como el Profeta Dawud (la paz sea con él).
Quizás te encuentres aislado de este mundo.¿Qué es este mundo sino confusión, calamidades, sufrimiento, dolor, fitna, tentaciones, juego y disfrute? Esta vida mundana es una distracción que el Shaytán utiliza para apartarnos del recuerdo de Allah (subhana wa ta`ala).
Allah (subhana wa ta`ala) dice: “Realmente el Shaytán quiere desencadenar entre vosotros la enemistad y el odio, sirviéndose del vino y del juego de azar, y así apartaros del recuerdo de Allah y del salat. ¿No desistiréis?” (5:91).
El Shaytán nos aparta del recuerdo de Allah (subhana wa ta`ala) y a través de ello logra otros muchos males. En cambio en prisión el Shaytán no puede distraerte ya que allí no tienes nada. Así que contempla tu estado. Pronto sabrás qué distracciones de la vida mundana te apartan del recuerdo de Allah (subhana wa ta`ala). Conócelas y mantente lejos de ellas cuando salgas.
Cuando reconocemos qué distracciones son las que nos apartan del recuerdo de Allah (subhana wa ta`ala) no hay duda de que pueden ser hasta cosas halal como la familia, el zoco, la esposa y los amigos. Hay muchas cosas halal en esta vida que el Shaytán puede utilizar para apartarnos de Allah (subhana wa ta`ala). Estar aislado en la cárcel nos ayuda a reconocerlas.
A veces las cosas halal de esta vida pueden resultar tóxicas y perjudiciales para nuestra fe, ya que pueden convertirse en una barrera entre nosotros y Allah (subhana wa ta`ala). Los amigos pueden a veces distraernos del recuerdo de Allah (subhana wa ta`ala). Sufian Ath-Thawri (que Allah tenga misericordia con él) lo sabía y por ello aconsejó a sus alumnos a que se separasen después de que hubieran terminado su encuentro con él diciéndoles: “Temo que habléis (y por lo tanto que perdáis el tiempo) si camináis juntos, así que en lugar de ello dejad que cada uno de vosotros tome su recorrido a casa por separado para que de esta manera lea un poco el Corán.
Sé un compañero del Corán
En prisión no te distraen los asuntos mundanos. No tienes nada que hacer las veinticuatro horas del día. No hay citas ni responsabilidades que atender. Nada. Tu corazón y tu mente se encuentran totalmente despejados y desocupados. Nada te molesta y nada puede apartarte del Corán. La mente no se puede concentrar en dos cosas prestando total atención a ambas de manera simultánea. No hay mal que por bien no venga.
Todas las distracciones de la vida son apartadas de ti y puedes acercarte al Corán con una mente concentrada y despejada. No solo tendrás tiempo para leer el Corán sino que también tendrás tiempo suficiente para reflexionar sobre sus significados ocultos. El Corán se te abrirá como un tesoro. Tendrás tiempo de reflexionar y de profundizar sobre su significado.
Muchos sabios del pasado que fueron encarcelados utilizaron su tiempo de reclusión para reflexionar sobre el Corán, lo que les ayudó a comprender mejor su significado. No tengas nada en tu celda salvo una copia del Corán (y quizás una libreta y un lápiz). Reflexiona sobre el significado del Corán y haz comparaciones con tu vida, ya que el Corán fue enviado para que reflexionáramos sobre su significado.
A medida que el tiempo avanza aprenderás a valorar el tiempo. Serás más productivo con tu tiempo y te darás cuenta de las bendiciones que te rodean. Quizás te encuentres encerrado entre cuatro paredes con tu cuerpo atrapado dentro de la prisión, pero tu corazón volará libremente por el Paraíso. Puede tomar cierto tiempo llegar a esta situación, pero si utilizas tu tiempo sabiamente y te centras en hacer buenas obras, empezarás a amar tu estancia en prisión.
Deja que tu alma vuele por el Paraíso
Mi cuerpo se encontraba recluido pero mi corazón volaba libremente y ascendía a los jardines del Paraíso. Mi alma ascendía a nuevos niveles que no había experimentado con anterioridad. Sonreía mientras que mi estado físico decía lo contrario. Algunos de mis compañeros de celda me miraban con asombro, desconcertados en cuanto a qué era lo que me hacía sonreír. Físicamente me encontraba presente con ellos pero mi corazón estaba en otro lugar. Mi alma era un pájaro que volaba y que comía de los frutos del Paraíso. Experimentaba un placer que las palabras no pueden describir.
Comprendí las palabras de Ibn Taymiyyah (que Allah tenga misericordia con él) cuando dijo: “Nadie entrará al Paraíso hasta que no entre al paraíso de este mundo. Estaba experimentando las bendiciones del Paraíso a pesar de que estaba separado de la vida terrenal. ¡Y qué gran bendición!
Mi corazón estaba en reposo y mi alma estaba liberada. Sentí la luz, como si fuera un pájaro llevado por el viento.
¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allah con lo que se tranquilizan los corazones?” (13:28)
¿Quien se encuentra realmente encarcelado?
A pesar de que creyera que estuviera encarcelado la realidad era la contraria. Yo no era el que estaba encarcelado sino los que estaban fuera. La prisión está diseñada para quitarte los placeres de esta vida. Para un incrédulo funciona bien, pero para un musulmán es diferente. La vida mundana es de hecho una prisión que nos aparta del verdadero placer de la vida: Recordar a Allah (subhana wa ta`ala). Comprendí el significado de las palabras del Profeta (que la paz y las bendiciones sean con el) cuando dijo:
La vida en este mundo es una cárcel para el creyente y un paraíso para el incrédulo.
La vida mundana es una prisión porque aprisiona nuestra mente y alma. Las distracciones de la vida nos apartan del recuerdo de Allah. En realidad la prisión resulta algo de provecho ya que nos acerca a Allah. (subhana wa ta`ala). Ibn Taymiyyah (que Allah tena misericordia con él) dijo:
Una desgracia que te acerca a Allah (subhana wa ta`ala) es mejor que una bendición que te aparta de Allah (subhana wa ta`ala).” De esta manera la prisión es una bendición ya que te ayuda a acercarte a Allah (subhana wa ta`ala).
Estar solo ayuda a concentrarse y a centrar la mente en Allah (subhana wa ta`ala). Uno de los salaf dijo: “Quien sienta la picadura de la soledad cuando se encuentre solo lo hace por su falta de consuelo con su Señor.” (Ibn Abi Dunya, Al ‘Uzlah, 49). Utiliza sabiamente tu tiempo en prisión y antes de que te des cuenta probarás el sabor de estar incomunicado ya que no tendrás a nada ni a nadie alrededor que te distraiga de Allah (subhana wa ta`ala). Ibn Taymiyyah (que Allah tenga misericordia de el) dijo: “¿Qué pueden hacerme mis enemigos? Mi paraíso está en mi corazón, me acompaña a dondequiera que voy… Y esto es cierto.
Sufyan Ath-Thawri (que Allah tenga misericordia de el) dijo: “Debes de ser desconocido, porque ésta es la época para ser desconocido. Y mantenerte al margen, estar aislado y relacionarse poco con la gente, porque cuando las personas se reunían, unos beneficiaban a otros. Pero en la actualidad eso ha desaparecido y en nuestra opinión la salvación se encuentra en abandonarles.” (Al-Hilyah, por Abu Nu’aym, 6/376)
Los corazones de nuestros salaf comprendieron el significado de querer a Allah (subhana wa ta`ala) y una vez que probaron su sabor lo buscaron en un lugar en el que nadie había pensado: el arresto. Tuve conmigo a un hermano de Arabia Saudí que fue incomunicado durante cinco días. Después de ellos salió sonriendo de tal manera que me dí cuenta de que él también había probado el sabor de estar cerca de Allah (subhana wa ta´ala). Había sido bendecido por haber sido aislado de la vida mundana. Me explicó cómo el primer día fue algo pesado pero los siguientes cuatro días fueron los mejores días de su vida. En realidad sólo aquellos que han tenido este sentimiento pueden entender mis palabras.
Ibn Taymiyyah (que Allah tenga misericordia con el) dijo: “El verdadero preso es alguien cuyo corazón está separado de su Señor. El verdadero cautivo es el que está capturado por sus pasiones. De este modo el que está realmente preso es aquel cuyo corazón está apartado de Allah (subhana wa ta`ala). Crees que eres libre, pero si no has probado la dulzura de la fe eres un prisionero de este mundo.
No temas la prisión
Hermanos, no temáis ir a prisión, porque en verdad es un océano de sabiduría y placer para el verdadero creyente. El placer llegó a tal punto que mi alma volaba en el Paraíso y comía de sus frutos. Cuando me acompañaron afuera no me gustó. Tenía miedo a volver a la vida mundana. Muchas formas diferentes de distracción por todas partes. No quería que mi corazón se preocupara por nada salvo el recuerdo de Allah (subhana wa ta`ala). Me desilusionó tener que salir, no quería salir del jardín en el que residía. Me asusté como si fuera a entrar en una oscura mazmorra. La vida mundana es nefasta para aquellos que han probado el sabor de la adoración y de estar aislado con el Corán.
Abandonando el jardín del deleite
Cuando uno sale de prisión se da cuenta de cuales son las distracciones de esta vida mundana que te apartan de Allah (subhana wa ta`ala). Pueden tomar muchas formas y el Shaytán las utiliza todas para apartarnos de Allah (subhana wa ta`ala). Allah (subhana wa ta`ala) nos informa de que hasta en nuestras familias hay enemigos que nos apartan de Su recuerdo:
¡Vosotros que creéis! Es cierto que entre vuestras esposas e hijos hay enemigos para vosotros, guardaos de ellos. (64:14)
Para aquellos que han salido de la cárcel les pido que recuerden sus días dentro de ella. Recordad la adoración que practicabais. Recordad los juzz del Corán que recitabais a diario. Recordad cuántos qiyam al layl rezabais.¿A dónde ha ido a para todo esto? ¿Por qué os habéis relajado en la realización de estas buenas acciones?
Mi período en prisión fue, con diferencia, el mejor de mi vida. Llegué a amar cada minuto. La fraternidad era maravillosa. Hermanos de diferentes nacionalidades y razas viviendo juntos. Cuando llegó el momento de marcharme era como si me arrastrasen hacia la jaula de un león hambriento. Sabía que la vida mundana me distraería de Allah (subhana wa ta`ala). Sabía que las distracciones vendrían de una en una. No quería salir de prisión. Amaba la soledad ya que me dio tiempo de estar con Allah (subhana wa ta`ala) y de recordarlo.
La vida mundana es un lugar siniestro. A dondequiera que vayas te succiona el tiempo, distracción tras distracción. El Profeta (que la paz y las bendiciones sean con él) pasaba muchos días en la cueva de Hira en aislamiento. Incluso las personas pueden ser trampas del Shaytán para apartarte del recuerdo de Allah (subhana wa ta`ala). Has de temer a la vida mundana, porque es la herramienta que usa el Shaytán para atraparte. Te distraerá con ella y a través de ella te apartará del recuerdo de Allah (subhana wa ta`ala). Sólo después de experimentar las bendiciones de la soledad reconocerás los males de la vida mundana.
La prisión es en realidad un jardín del Paraíso para el creyente. Que Allah (subhana wa ta`ala) nos incremente nuestro amor por la Otra Vida y nos haga ver la vida mundana como lo que realmente es: algo tan insignificante como el cadáver putrefacto de un burro. Una morada temporal que abandonaremos pronto. La vida mundana no es más que una prisión para el creyente.
Abu Said Al-Britani (Kik: shaykh.anwar)
Al-Bāb, Shām.

03/03/1437 (Correspondiente al 14/12/2015)